Si hay una frase real es que “igual que todo llega…todo pasa” y en ese lapso de tiempo, ¿Qué sucede?. Lo que nosotros permitamos.
Es así, no podemos controlar la pandemia provocada por el covid19 me dicen muchos, ni la crisis económica que está suponiendo ni la repercusión social y los enfrentamientos que están surgiendo. Sobre esto último tengo mucho que decir.
Tú, ciudadano de a pie, no puedes parar el virus, frenarlo a nivel mundial; pero tienes el derecho y la obligación de hacerte la siguiente pregunta: ¿qué es aquello que estoy viendo que no me gusta socialmente? ¡Ojo!!, ¿no lo que veo en lo demás únicamente, porque los demás son un reflejo de aquello que yo quiero ser, decir, hacer y o no me atrevo o por el contrario, al verme reflejado no me gusta.
La inseguridad, el odio, la desconfianza, el insulto, la ambición, el egocentrismo… ¿os suena? quién de nosotros en estos meses no ha dicho al día más de una vez una o todas estas palabras dirigidas hacia políticos, gente del entorno laboral o familiar, o incluso hacia desconocidos que vemos en la calle o en algún medio de comunicación.
Todas esas palabras o etiquetas (a veces no sabemos qué lleva a la persona en cuestión realmente a ello y si realmente es así…) es lo que si empezamos a rascar un poquito con herramientas del coaching y la PNL nos llevan a creencias de cada uno. Creencias que se sustentan en muchas cosas, entre ellas, la educación recibida por nuestros padres, maestros, amigos…y en un momento determinado por la sociedad. Y bajo esas creencias están los valores de vida de cada una y todas las personas que han formado parte de nuestra vida y han ido dejando esa “huella”, ese “valor de vida”.
Ahora toca preguntarse lo más importante:
- ¿Cuáles son tus VALORES DE VIDA? esos principios que te sustentan, en los que crees firmemente y te definen.
- ¿Te impide llevarlos a cabo algo hoy en día?
- ¿Has tenido que tomar conciencia de que igual necesitas hacer algún ajuste en ellos?
La respuesta a la tercera sin duda es SI!!. Todos, en este momento de convulsión sentimos que perdemos el control y ahí, justo ahí, vas a sentir que invaden tu seguridad, confianza, economía, salud, bienestar… y pasamos al enfado rápidamente, generalmente sintiéndonos víctimas y culpando al resto de la sociedad. Esa sociedad que ahora más que nunca se forja de nuevo, ante una adversidad inesperada y que sin duda, va a dejar a nuestra generación y la siguiente una “huella de vida” que más vale que se gestione bien.
Esto es, que consigamos reforzar nuestros valores de vida y respiremos a pleno pulmón sin máscaras emocionales, solo la que por ahora hemos de llevar físicamente. Respira y exhala eso que quieres vivir y dejar a los tuyos: confianza, respeto, empatía, generosidad, responsabilidad y compromiso. Hacia tí y hacia todos los que te rodean. Porque hoy más que nunca lo que es bueno para ti es bueno para el otro y viceversa (el famoso principio win-win).
Solo así, las personas podemos aportar nuestro VALOR a esta pandemia. La suma de tus valores es el VALOR que aportas en esta situación, no lo olvides y ponlos en marcha!
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