Quiero ser feliz…
Es la respuesta que mayoritariamente me dan las personas a quienes pregunto “¿qué quieres?”, “quiero ser feliz, pero es muy difícil” me contestaba ayer una amiga.
“Bueno, tan difícil como nos lo queramos poner”, dije yo.
Si SER FELIZ, es en sí mismo una meta de vida para nosotros, deberíamos saber que una meta como tal, implica:
– M: Medios, competencias
– E: Esfuerzo
– T: Tiempo
– A: Acción
– S: Satisfacción personal
Pero en realidad, la felicidad es un estado emocional, más o menos duradero, y en psicología se habla por ello de “felicidad momentánea” y “felicidad duradera”. La primera es esa que nos proporcionan instantes de la vida, porque nos generan emociones como la alegría, el positivismo, la euforia, la satisfacción, reconocimiento, amor… ¿y qué pasa cuando no tenemos elementos externos que nos provoquen esos instantes?, ¿somos desdichados?, ¿no podemos ser felices por nosotros mismos?… ¿Solo tengo satisfacción personal, serenidad, paz, felicidad si me lo proporcionan otros?, ¿nada de eso está en mis “manos”?…
Sí, claro que sí podemos, la “felicidad duradera” consiste precisamente en eso. En tener en nuestro interior, en nuestro ser, el sentimiento de paz, equilibrio, serenidad y placer que proporcionan esos pequeños momentos de los que hablábamos antes.
Ser feliz es una actitud de cómo vivir la vida.
No revelo ninguna novedad cuando digo “la felicidad no es un estado de vida, son pequeños momentos”, es algo que ya hemos escuchado. Pero, ¿lo entendemos?. Ser feliz no depende de nadie, solo de nosotros mismos, de hacer de los momentos felices que tenemos en nuestro día a día, el recuerdo que más presente esté en nuestra mente, SER FELIZ es un pensamiento…
Siembra un pensamiento y cosecharás una actitud
Siembra una actitud y cosecharás una acción
Siembra una acción y cosecharás un hábito
Siembra un hábito y cosecharás un carácter
Siembra un carácter y cosecharás tu destino
Si no te gusta tu destino…CAMBIA TU PENSAMIENTO
¿Cuántas veces al día nos levantamos, o es más, nos acostamos ya pensando en lo negativo que nos ha sucedido en ese día…? Esos pensamientos van creando una huella emocional en nosotros.
Por supuesto que la felicidad no es un estado constante, la vida tiene momentos en los que la tristeza, el miedo, la rabia, la ira, el enfado…se apoderan de nosotros, pero son momentos, si tomas consciencia de ello, y lo dejas pasar (porque todo pasa) y te aferras a lo que sí te da esperanza, alegría, vitalidad, optimismo…estarás apostando por la FELICIDAD. No hagas de la frase “que poco dura lo bueno” tu actitud de vida, conviértela en “esto pasará y seguiré siendo feliz, porque la felicidad es eterna”.
¿Habeís visto la película, “En busca de la felicidad”?
El amor de un padre hacia su hijo, le da fuerzas para seguir adelante, para no rendirse en el camino tras perder el trabajo y ser abandonado por su mujer. Su felicidad es que su hijo sea feliz. Esa es su meta.
Perseguir los sueños y luchar por lo que se quiere, atravesando todo obstáculo que se ponga en el camino, visualizándolos como retos/juegos, para hacerle más fácil la vida a su hijo y a él, para no ser tristes, sino felices día a día, son las claves para lograr nuestros propósitos.
Una de las mejores escenas sucede en una cancha de baloncesto. Padre e hijo juegan, el pequeño encesta y se emociona, afirmando que será un gran jugador de baloncesto. El padre le para los pies comparándole con él mismo, lo que desmotiva al pequeño. Acto seguido, recapacita y dice:
-“Eh! Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, ¿vale?”
-“Vale”.
– “Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello y punto.”
Eso es SER FELIZ, disfrutar de cada reto que la vida te ponga desde la tranquilidad de que todo está bien, sólo así podrás tener la calma y serenidad necesarias para que nada te perturbe hasta el punto de hacerte sentir desdichado, triste, …, más allá de unos segundos, los necesarios para atraer a tu mente esta frase:
“ La felicidad es interior, no exterior, por lo tanto no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”
_ Pablo Neruda.
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